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La compañía ha celebrado una gran fiesta de la mano de sus cuatro nuevos embajadores de marca: Ana Obregón, María Pombo, Omar Montes y Bertín Osborne. La velada tuvo lugar en una mansión de La Moraleja, en Madrid, que, con las decisiones de los cuatro anfitriones de honor, quedó convertida en una experiencia inmersiva donde todos los rasgos únicos y característicos de cada uno de ellos quedaba reflejado en cada rincón del lugar.

Bailarines hechos de espejos, estatuas yéndose de compras, mariachis, camas elásticas y hasta un icónico unicornio mecánico sorprendieron a los asistentes.

Con esta fiesta, MÓ de Multiópticas continúa la plataforma iniciada el año pasado, Sólo puede ser MÓ, la cual permite a la marca generar comunicación y amplificar el relato de la marca. Con ella, MÓ de Multiópticas busca usar la moda para sacar la mejor versión de uno mismo sin dejarse llevar por las convencionalidades, “es decir, sin renunciar a nada, no solamente en lo que a estilo se refiere, sino también a seguir las últimas tendencias, lucir piezas de diseño con las últimas innovaciones, conseguir la mejor calidad sin tener que renunciar por precio y, con todo ello, poder ser fiel al estilo y carácter de uno mismo”, subrayan.

“Por eso cuando no renuncias a nada, solo puede ser MÓ. Con esta nueva fase de la campaña, Multiópticas quiere seguir transmitiendo la idea de que hoy es más importante que nunca no renunciar a nada”, añaden.

A la fiesta acudieron invitados del panorama celebrity e influencer español, como Julio iglesias Jr, Juan Avellaneda, Palomo Spain, Pocholo, Manuel Díaz “El Cordobés”, Laura Escanes, Mónica Cruz, Tomás Páramo, Ágata Ruiz de la Prada, Twin Melody, Marta Carriedo, María García de Jaime, Virginia Troconis o Anna Ferrer, entre muchos otros, que posaron ante las cámaras luciendo los modelos más personales y qué más representaban su esencia, al puro estilo MÓ.

La casa fue reflejo absoluto del éxito de los cuatro anfitriones, Ana Obregón, María Pombo, Omar Montes y Bertín Osborne, al superar el reto lanzado por Multiópticas de organizar una gran fiesta en la que debían converger y coexistir sus diferentes personalidades, y donde no tendrán que renunciar a nada.

Sus estilos únicos e irrepetibles podían verse por todas partes: las flores blancas representaban la elegancia de Ana Obregón; la piscina cubierta decorada con flotadores dorados y globos de colores representaba la experiencia de las redes sociales made in María Pombo; unos cortadores de exquisito jamón, el buen vino y la inesperada actuación de unos mariachis fueron prueba irrefutable del estilo de Bertín Osborne; y el icónico unicornio mecánico de fantasía que lanzó a más de uno por los aires cumplió el sueño de Omar Montes: tener su propio pony rosa.

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