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La compañía siempre ha hecho hincapié en la dificultad para ser consciente de tener un problema auditivo y actuar en consecuencia sea a la edad que sea. Y es que la pérdida auditiva puede afectar a todos los grupos de edad, incluyendo los niños, aunque incide muy especialmente sobre las personas mayores.

De acuerdo con un estudio de Oticon, los españoles tardamos una media de siete años entre que detectamos un problema de pérdida auditiva hasta que nos decidimos a tratarlo. La casuística se agrava en el caso de las personas de mayor edad, ya que tienden a asociar sus problemas de oído con el deterioro fruto del envejecimiento, lo que provoca un retraso en su revisión y tratamiento.

Por esta razón, es muy importante que el entorno esté alerta ante determinadas pistas o señales para poner remedio cuanto antes y evitar complicaciones, ya que en la mayoría de los casos el propio paciente tarda más en descubrir determinados síntomas. Así, una época tan familiar como es la Navidad es una buena ocasión para que estemos alerta ante determinadas señales durante la interacción con nuestros seres queridos que, además, se vuelven más noticiables, por el uso de la mascarilla y la distancia social.

De acuerdo con los expertos de Oticon, estos son los principales síntomas que una persona con pérdida auditiva puede empezar a experimentar:

No poder seguir una conversación en ambientes ruidosos: las cenas y comidas familiares llenas de anécdotas y ajetreo, así como el ambiente sonoro que rodea en general a la Navidad, hacen que muchas veces nos encontremos con situaciones muy ruidosas a nuestro alrededor; a la hora de tener una conversación con una persona, también se produce este problema cuando participamos en conversaciones múltiples aunque el ruido no sea excesivo. Si vemos que no somos capaces o nos cuesta seguir estas conversaciones, esto puede ser sinónimo de una incipiente pérdida auditiva.

No escuchar determinadas palabras: si durante las fiestas nos damos cuenta de que nos perdemos cierta información o palabras, al no escuchar determinados sonidos como los de las consonantes C, S, F, o Z por sus frecuencias más altas o bajo nivel de energía, puede tratarse de un caso de hipoacusia.

Pedir que nos tengan que repetir frases con asiduidad: si en los encuentros de estas fiestas, donde además se dificulta la fluidez en las conversaciones por el uso de mascarillas o distancia social, notamos que somos los únicos miembros de la familia que tenemos que pedir a menudo que nos repitan frases o ideas, puede ser momento de realizar una revisión auditiva para detectar cualquier tipo de problema.

No escuchar sonidos agudos como el timbre o teléfono: si con todo el ajetreo de las cenas y comidas, nuestros familiares han tenido que esperar un buen rato en la puerta porque no hemos escuchado el timbre o el teléfono, puede ser una pista clave, ya que la pérdida auditiva hace que dejemos de percibir sonidos agudos cotidianos.

Subir el volumen de aparatos como la televisión o el ordenador: si durante las doce campanadas o una videollamada con la familia tenemos que pedir que se suba de forma significativa el volumen de la televisión o hacer callar a todos para no perdernos ni un detalle entre todo el jaleo, debemos estar atentos a una posible señal de pérdida auditiva.

José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon España, comenta: “Los eventos navideños, adaptados a las medidas sanitarias que exige el contexto actual, favorecen que todos estemos más alerta para observar o percibir señales de que nuestros seres queridos pueden sufrir algún problema de audición. Desde Oticon queremos evitar que las personas que comiencen a sufrir esa pérdida y a dejar de entender ciertas conversaciones comiencen a evitar situaciones que les requieran una atención especial y a adquirir una actitud más retraída, baja autoestima y menos confianza en sí mismas. Por eso, remarcamos la importancia de acudir cuanto antes al especialista para realizar las pruebas necesarias para detectar un posible problema auditivo y tomar las medidas necesarias. A esto sí podemos considerarlo, si se da el caso, un propósito realmente saludable para 2021”.

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