Nueva acción de Ver Para Crecer

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Ocho ópticos-optometristas voluntarios de la iniciativa Ver Para Crecer (VpC) han revisado la vista de 130 personas en situación de vulnerabilidad, apoyando la labor de once ONGs y entidades pertenecientes a la RED Suroeste de CaixaProInfancia en Madrid: Programa Paula Montal, Asociación Solidaridad con Madres Solteras, Asociación para el Desarrollo del Plan Comunitario de Carabanchel Alto, YMCA, Pinardi, Fundación Tomillo, Cáritas, Save The Children, Fundación Secretariado Gitano, Redes Cooperativa y Asociación Nazaret.

Para el desarrollo de esta acción, trigésimo séptima ya de una iniciativa que va a cumplir cinco años en mayo próximo, RED Suroeste CaixaProInfancia abrió las puertas de uno de los locales donde presta servicio a personas en situación de vulnerabilidad, concretamente en la calle Carrero Juan Ramón, en el barrio madrileño de Carabanchel.

A primera hora de la mañana quedaban instalados en una gran sala los aparatos necesarios para efectuar una completa revisión visual a todos los beneficiarios/as. La mitad de ellos/as fueron niños y niñas, a quienes se examinó en horario de tarde, para que la acción no interfiriera con sus clases.

En otra dependencia, quedaba desplegada una amplia colección de monturas, todas nuevas, para que quienes necesitaran gafas, pudieran elegir entre las que más les gustaran. “Se trata de que vean bien y de que, además, se sientan guapos/as con sus gafas nuevas, como cualquier paciente que acude a una óptica”, señala Cristina López-Mora, portavoz de VpC.

Uno de los beneficiarios fue I.G., un niño de seis años al que, desde hace unos meses, le cuesta ir al colegio. “Tiene un Trastorno de Espectro Autista (TEA), y por eso pensábamos que era el cambio de compañeros y profesores el que le afectaba”, cuenta A.M.C., su madre.

Cuando llegó el momento de la revisión pediátrica correspondiente a los seis años, se vio que la razón era otra. I.G. tiene 4 dioptrías de miopía en el ojo derecho y dos en el izquierdo. “No podía centrarse en las explicaciones, esa era la razón de su distracción”, explica Idoia López, la óptico-optometrista que lo examinó.

Y es que, a los pocos días de descubrir lo que realmente le pasaba a su hijo, A.M.C. recibió la llamada de RED Suroeste de CaixaProInfancia para que I.G. fuera uno de los beneficiarios de VpC. “Ha sido como si hubiera aparecido nuestro ángel de la guarda”, señala A.M.C. Ya con la gafa de prueba, durante la revisión, el niño se mostró más atento. “Le va a venir muy bien, porque lo que le sucedía en clase era que no veía la pizarra, y llegaba la frustración”, añade la madre. I.G. eligió una montura azul, muy clarita, de pasta. Los dos, madre e hijo, están deseando que llegue el momento en el que, dentro de un mes aproximadamente, el niño reciba su gafita nueva. “Le va a apetecer más salir a la calle, y también relacionarse, porque la miopía está asociada a la timidez”, explica Idoya.

Para Lara Fernández esta ha sido su primera experiencia en materia de voluntariado de óptica: “Con el ejercicio de nuestra profesión se puede ayudar a ver mejor a personas que lo necesitan en la cercanía y a hacer así que su día a día sea más fácil. Ha sido una jornada maravillosa, en la que todos hemos trabajado en equipo”.

Otra de las ópticos-optometristas voluntarias fue Lorena García. Ha participado en todas las acciones que VpC ha llevado a cabo en Madrid. Después de su jornada de trabajo, afirmó que “hemos encontrado varios casos de niños y niñas miopes, sin corrección visual. Guiñaban los ojos para enfocar la vista. Sus padres pensaban que era un tic nervioso, cuando, en realidad, era miopía”, decía, recordando que una niña, con tres dioptrías en cada ojo, ha visto  “un mundo nuevo” o a R. L., de 32 años, que llevaba más de un mes sin gafas por rotura de las anteriores, cuando no puede prescindir de ellas ni un minuto.

Para David Leralta, óptico-optometrista de Essilor, otro veterano de VpC, la experiencia de cada una de estas acciones es “positiva y gratificante”. “Son jornadas que nos hacen sentirnos orgullosos de la profesión de óptico. Cuando entregas una gafa, y la gente vuelve a ver, la cara de admiración y asombro es conmovedora”, señala David, a quien se le quedó grabado el caso de una chica, J.H., camarera de 31 años, que se quedó muy sorprendida de lo bien que se puede llegar a ver de lejos. “Me confesaba que no veía al metre. Cuando reciba su gafa nueva, va a hacer mejor su trabajo, y, en general, mejorará su calidad de vida”, señala.

El programa CaixaProInfancia de «la Caixa», trabaja para romper el ciclo de la pobreza que se hereda de padres a hijos, dando oportunidades a menores de familias en riesgo de exclusión social, fundamentalmente a través de la educación, pero también con otros muchos programas, para lograr la integración social de los menores. “La labor de CaixaProinfancia es magnífica, como hemos podido comprobar en esta ocasión en Madrid, y para nosotros es un placer apoyarla, desde el punto de vista de la salud visual”, valora Cristina López-Mora. VpC entregará en total 89 gafas nuevas a los 85 beneficiarios/as que las necesitan, en el plazo de un mes.

El proyecto ‘Ver para Crecer’ se apoya en la capacidad tecnológica de Essilor España, compañía líder en lentes oftálmicas, y en la experiencia en materia de cooperación de la Fundación Cione Ruta de la Luz. Su objetivo es revisar la vista a personas en riesgo de exclusión social, de manera que quienes necesitan unas gafas porque su situación coyuntural no les permite costeárselas, las reciben nuevas, hechas ex profeso para su graduación actual, y de forma gratuita. Además, el proyecto les da la posibilidad de elegir entre una selección de monturas, siempre nuevas, como los cristales, para que, además de ver mejor, se sientan guapos y guapas con sus gafas nuevas.

 

 

 

 

 

 

 

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