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Ver para Crecer continúa su labor para acercar la salud visual a personas en situación de vulnerabilidad. Con el apoyo logístico de FASFI (Fundación Ayuda Solidaria Hijas de Jesús), cinco ópticas voluntarias revisaron la visión de 56 niños con, a priori, defectos refractivos, en el Colegio Jesuitinas María Reina, de Orcasitas.

El proyecto Ver para Crecer se apoya en la experiencia en materia de cooperación de la Fundación Cione Ruta de la Luz y en la capacidad tecnológica de las entidades que colaboran con ella; el objetivo es revisar la vista de personas sin recursos o en situación de vulnerabilidad en España, apoyando a organizaciones locales que trabajan con estos colectivos, y donando, a todo el que se le haya prescrito y la necesite, una gafa graduada nueva adaptada a sus gustos y necesidades. Desde que naciera, en el año 2015, son ya treinta y dos misiones ópticas las que este proyecto ha realizado por toda España.

Esta, la segunda del año 2024, nacía hace dos meses, como primer proyecto de la recién estrenada colaboración de la Ruta de la Luz con FASFI.

En esta ocasión la acción se centró exclusivamente en las revisiones visuales a menores de este centro en Orcasitas. “Desde siempre, atender la salud visual de los más pequeños ha sido prioritario para nosotros. Trabajamos para que todos los niños y niñas en situación de vulnerabilidad y sin recursos que lo necesitan en España, tengan sus gafas”, afirma Cristina López-Mora, gerente de la Fundación Cione Ruta de la Luz.

Por su parte, Pablo Zimmermann, director de FASFI, recalcaba la importancia de compartir misión y valores con otras ONGs y fundaciones, como la Ruta de la Luz, “buscando sinergias con las que generar impacto positivo en nuestra sociedad”. En este sentido, Zimmermann se refería al valor que, para el futuro de los niños y niñas, tiene el cuidado de la salud visual en edades tempranas.

“Trabajamos con los 23 colegios de la Fundación Educativa Jesuitinas, y sabemos muy bien que una de las razones del fracaso escolar es, sencillamente, que no ven bien. Este tipo de acciones, que incluyen la donación de gafas para colectivos desfavorecidos, contribuye a atajar el fracaso escolar de hoy, y por lo tanto el abandono educativo prematuro y el paro juvenil de mañana”, destacaba. España es el país de Europa con una mayor tasa desempleo juvenil, y el segundo en lo que a abandono educativo temprano se refiere. “Con estas acciones, ponemos nuestro granito de arena para mejorar la situación”, añadía.

La acción comenzaba muy pronto, a las 9:00 de la mañana, cuando las voluntarias de Ver Para Crecer comenzaban las revisiones, perfectamente organizadas por la dirección del centro para que la jornada docente se interrumpiera lo menos posible.

“Comportamientos como acercarse demasiado al papel o que el alumno nos pida cambiar de sitio para ver mejor, nos ponen en alerta. Sabemos lo importante que es ver bien para el aprendizaje, y por eso estamos muy agradecidos a esta acción generosa de Ver para Crecer, puesto que estamos en un entorno desfavorecido”, afirmaba Natividad Piñero, directora del colegio.

Una de las ópticas voluntarias que cedió su tiempo ayer para llevar a cabo las revisiones fue Marta Galdón (Óptica Quevedo). La joven profesional se mostraba “ilusionada” porque el ejercicio de su profesión pudiera ayudar a mejorar la capacidad de aprender de los niños y niñas del colegio. “Siempre hay errores refractivos sin compensar que pueden ser el origen del fracaso escolar”, señalaba. Algunos de los niños no llevaban compensación visual alguna, por lo que “las gafas que se les proporcionaran van a mejorar muchísimo su calidad visual y por lo tanto, su capacidad para aprender”, añadía.

Cristina López-Mora felicitaba, por su labor, a las ópticas voluntarias. “Es maravilloso contar con profesionales comprometidos, que cierran sus ópticas por un día, para trabajar por los demás, sin cobrar un euro”, afirmaba. Y también agradecía la colaboración de FASFI. “Sin su apoyo logístico y la entrega de todo el equipo del centro, la acción no hubiera sido posible”, añadía.

Una de las beneficiarias ayer fue Mayte, una niña de 12 años a la que, en poco tiempo, había subido alarmantemente su graduación de miopía. “No veo la pizarra”, definía gráficamente. Después de un completo examen visual, como todos sus compañeros, pudo elegir una bonita gafa azul, de metal, nueva, que le daba a su rostro, todo simpatía, una gran expresividad. En unos días, la recibirá, nueva, con la graduación que corrige esa miopía.

Ver para Crecer aporta gran variedad de monturas para que los beneficiarios se puedan sentir favorecidos con ellas. Todas las lentes necesarias para la corrección de los defectos refractivos de los niños las va a donar la empresa EssilorLuxottica.

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