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El órgano responsable de la audición es el cerebro, por encima del propio oído, pues gracias a él podemos tener acceso a la información sonora que nos rodea. Tanto es así, que una buena salud auditiva es clave para mantener sano nuestro cerebro y su función cognitiva, por lo que es necesario prestar atención a las señales que nos indican que no oímos bien para ponerle solución y que nuestro cerebro no se vea afectado. Por todo ello, con motivo del Día Mundial del Cerebro que tiene lugar el 22 de julio, los expertos en audiología de Oticon, especialista tecnológico en el desarrollo de audífonos, explican cinco aspectos que pueden ser desconocidas sobre la relación del cerebro y la audición.

El cerebro se ocupa de interpretar la información sonora que nos llega a través del oído: el sonido entra en los oídos, lo analiza en frecuencia e intensidad y envía estas señales al centro auditivo del cerebro, lo que nos ayudará a comprender la escena sonora que nos rodea y nos permitirá enfocarnos en aquellos sonidos que el cerebro quiere escuchar y desechar los que son irrelevantes. A partir de ahí, el sonido será también utilizado por otros centros del cerebro como son la memoria y las emociones.

El cuidado de los oídos juega un papel fundamental para la salud cerebral: una pérdida auditiva severa no tratada a largo plazo puede llegar a multiplicar por cinco el riesgo de sufrir demencia, mientras que la moderada puede hacerlo por tres y la leve puede duplicarlo. Además, la persona con pérdida auditiva puede dejar de participar en actividades sociales, algo esencial para el cerebro, lo que le debilita en la función de crear recuerdos y de pensar. Por ello, es importante cuidar la audición protegiéndonos de la exposición prolongada y excesiva al ruido, la principal amenaza controlable de la pérdida auditiva.

Una detección precoz de cualquier problema de audición es imprescindible para garantizar el bienestar del cerebro: integrar dentro de nuestros hábitos saludables el cuidado de nuestra salud auditiva puede ser un factor decisivo para prevenir el deterioro cognitivo. En caso de pérdida auditiva, la información sonora llegará de forma insuficiente al cerebro o llegará en baja calidad, por lo que a este le será más complicado orientarse en el entorno y tendrá más dificultades para centrarse en lo importante. Como consecuencia de todo esto el cerebro tiene que realizar un esfuerzo mayor para interpretar todo lo que le rodea y tiene menos recursos mentales, como recordar.

Realizar actividades que estimulen al cerebro ayuda a mantener en buen estado nuestra audición: es importante mantener activo el cerebro con actividades que lo estimulen y al mismo tiempo ayuden a mantener la audición, como como puede ser la práctica de determinados deportes donde haya que interactuar o mantener relaciones sociales. De esta manera, mantenemos estimulada la función cognitiva y, así, nuestra audición.

Existen audífonos que trabajan para dar apoyo al cerebro: descubrir que el cerebro es el principal responsable de la escucha ha permitido cambiar el tratamiento convencional de la pérdida auditiva. Con la visión Brainhearing, y valiéndose de tecnologías como la red neuronal profunda, se han podido desarrollar audífonos que trabajan para apoyar al cerebro en ese proceso de escucha, de manera que pueda acceder a toda la escena sonora para procesar adecuadamente los sonidos relevantes.

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