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La asociación de utilidad pública Visión y Vida recuerda, como conmemoración del Día Mundial de la Salud y del Día Mundial del Deporte, que es imprescindible el uso de gafas deportivas en la práctica del deporte. Actualmente, el 2% de las lesiones oculares que reciben los profesionales de la visión se producen mientras practicamos deporte y el 90% de las mismas podría haberse evitado si la persona se hubiese asesorado previamente y hubiese utilizado las gafas correctas.

“Una visita al óptico-optometrista anualmente o antes de iniciarnos en la práctica deportiva nos sirve para evaluar la actividad a realizar, prevenir o entender los riesgos asociados a ella, detectar anomalías en la visión del paciente y asesorar sobre el uso de gafas de sol y de protección que puedan ayudar y proteger al usuario”, explica Salvador Alsina, presidente de Visión y Vida.

Entre las lesiones oculares más frecuentes destacan los traumatismos por golpes directos en el ojo, hemorragia ocular (hipema) producida por el golpe, lesiones superficiales en la córnea, lesiones por la sobreexposición a la radiación UV, inflamaciones de la conjuntiva o incluso desprendimientos de retina.

Por todo ello, según los expertos, el uso de gafas de sol en el deporte debería de ser una obligación, pero en la práctica aún es un hábito poco extendido. Sin embargo, este complemento no solo nos protege de la radiación solar -que ahora que comienza el buen tiempo es de mayor intensidad- sino que previene los impactos directos de objetos o partículas que pueden dañar nuestro sistema ocular.

Además, el avance en este campo permiten que tanto personas con problemas visuales como aquellos que no los tienen puedan usarlas: “Actualmente se pueden graduar la mayoría de las gafas deportivas y también son muy prácticas en combinación con lentillas”, explica Alsina; “además pueden mejorar el rendimiento de la persona reduciendo el deslumbramiento, protegiendo el rostro y bloqueando la entrada de polvo o partículas, además de evitar impactos y mejorar la calidad visual utilizando el color y/o el tratamiento de la lente más adecuado”, concluye.

Así, Visión y Vida recuerda que hay diferentes tipos de gafas de sol acorde con el deporte que se quiere practicar, como son:

Gafas ideales para deportes marítimos: los navegantes, los marineros y todos aquellos que quieran practicar deporte en ríos y mares deberán proteger sus ojos de la radiación UV. Las lentes más indicadas son las polarizadas para evitar el brillo del sol sobre el agua y deben ser resistentes a golpes. ¡Atención! La pesca produce el 16% de los traumatismos oculares en el deporte y el 44% de los traumatismos perforantes debidos especialmente a los anzuelos.

Gafas ideales para natación: son imprescindibles, ya que el cloro y las bacterias del agua se asocian a infecciones oculares. Las monturas deben ser de silicona y ajustables con correa. Si son para natación en el exterior es mejor que sean oscuras o de lente polarizada para proteger el ojo de los rayos UV.

Gafas ideales para ciclismo: en este caso es imprescindible que tengan curvatura sin distorsiones para conseguir protección lateral de los rayos UV sin perder calidad visual y pueden tener el puente nasal regulable para evitar el empañamiento de la lente. Son fundamentales en mountain bike por los impactos de piedras y las ramas de los árboles. El tratamiento antirreflejante y que la lente sea polarizada ayuda a la visión y mejora la capacidad de reacción.

Gafas ideales para atletismo o running: condiciones similares a las lentes de ciclismo. El uso de lentes fotocromáticas que cambian de color según la intensidad de la luz y el de las lentes polarizadas ayudan a ver más claro y mejoran la capacidad de reacción. Uniendo un recubrimiento antirreflejante a la lente polarizada podemos eliminar la luz que entra por la parte posterior de la lente. Son gafas específicas para este deporte que permiten un ajuste perfecto a la cara y no se mueven durante su práctica.

Gafas ideales para deportes de pelota: tenis, pádel, bádminton… en todos estos casos unas lentes amarillas ayudan a aumentar el color y contraste de la pelota frente al cielo o las paredes, incrementando su visibilidad. También se aconseja utilizar una lente fotocromática, pero se desaconsejan las polarizadas. Se deben ajustar bien a la forma de la cara y estar fabricadas en plástico resistente a los golpes.

Gafas ideales para el golf: de monturas amplias y tratamiento antivaho. Las lentes color cobre mejoran el contraste de la pelota contra el cielo y las calles o el green. Si son fotocromáticas mejoran la calidad de la visión al adaptarse a la intensidad de la luz ambiente y el tratamiento antirreflejante impide la entrada de reflejos por la parte posterior de la lente. Deben ser resistentes a los impactos.

Gafas ideales para esquí o snowboard: estas gafas, que deben ser de formato pantalla o máscara, necesitan proteger de la radiación solar intensa, por lo que deben ser de filtro 4 (prohibidas para conducir); así se evitan problemas frecuentes como la fotoqueratitis (quemaduras por UV en la córnea). El uso de lentes rosadas o ámbar realzan los grises y mejoran la visibilidad de las pendientes. Es importante que la máscara sea envolvente y cuente con puntos de ventilación para evitar el vaho.

Gafas ideales para deportes de contacto: para jugar al hockey o rugby u otros deportes que mezclan objetos a gran velocidad y contacto requieren protectores de policarbonato e, idealmente, lentes color ámbar para filtrar la luz azul y mejorar la visibilidad de la pelota, además de evitar el deslumbramiento. Deben tener varillas de goma moldeable para conseguir un mejor agarre.

Gafas para senderismo o escalada: lo principal en este caso es que nos protejan de la radiación UV -que es más fuerte a cuanta más altura nos encontremos-, que sean cómodas, duraderas y resistentes. Se recomienda un filtro tipo 4 y las lentes fotocromáticas son ideales, al igual que las polarizadas.

“Es importante recordar que no basta con usar las gafas de sol que usamos a diario, dado que estas no están fabricadas con los estándares de protección y seguridad que se necesitan para la práctica deportiva, por ello se pueden romper si hay un impacto y causar una lesión ocular grave”, recuerda Alsina. Este es el caso de Xavier Ferrer, aficionado al paddle desde hace 6 años, que recibió un impacto hace unos días cuya consecuencia ha sido una lesión en la retina que ha precisado de un tratamiento láser de fotocoagulación para evitar un posible desprendimiento.

Así, la asociación de utilidad pública que representa a más del 60% de los profesionales de la visión en España recuerda que lo importante es la prevención, tanto de las radiaciones solares nocivas como de los posibles accidentes evitables que generan a largo plazo un alto coste social. “Solo tenemos dos ojos para toda una vida y, por eso, es imprescindible cuidarlos y protegerlos en todas las etapas y momentos que vivimos”, concluye Alsina.

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