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El Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) advierte que casi la mitad de los conductores, en torno a un 45%, no utiliza gafas de sol homologadas cuando está al volante. En este sentido, el 12% nunca las emplea, mientras que el 33% solo se las pone de forma ocasional, frente al 55% de conductores que sí suelen llevarlas durante sus desplazamientos por carretera.

Y es que, con la llegada del verano, los días más largos y el comienzo de las vacaciones, se multiplican los desplazamientos en coche y, como consecuencia, también se incrementa el número de accidentes. Muchos de ellos son debidos a problemas visuales sin corregir del propio conductor, pero también se producen por no llevar la protección adecuada cuando se está al volante. Utilizar gafas de sol homologadas ayudaría a prevenir la fatiga visual que conlleva conducir con el sol de frente y evitaría los deslumbramientos.

Desde el CGCOO se recomienda adquirir gafas de sol con lentes polarizadas, que reducen el deslumbramiento y facilitan la visión en ambientes muy luminosos

“Una protección solar adecuada, mediante gafas de sol, puede atenuar y evitar los efectos de la radiación, que se traducen en una serie de riesgos en carretera. Situaciones como conducir con el sol de frente y al anochecer y al atardecer, con los reflejos en el asfalto mojado o con los destellos de la luz del mediodía sobre el capó de otros vehículos provoca, en muchos casos, pérdida temporal de visión, incrementando el riesgo de accidentes de tráfico”, explica el presidente del CGCOO, Juan Carlos Martínez Moral.

De hecho, los haces de luz de otros vehículos y la luz natural o radiación solar constituyen las dos principales fuentes de deslumbramiento al volante, además de otros factores externos o ambientales que inciden de forma directa en la visión del conductor. Estos, entre los que destacan la conducción nocturna y la baja luminosidad por factores atmosféricos, también aumentan el riesgo de accidentes de tráfico.

Las deficiencias visuales, otro factor de riesgo al volante

Uno de cada cuatro conductores padece alguna deficiencia visual, de los cuales la mitad no revisa su visión cada año. Se trata de un dato significativo porque el 90% de las decisiones al volante dependen de la visión.

Esto implica un importante peligro para la seguridad vial, ya que conducir es una acción que, si no se realiza en plenas facultades, puede poner en riesgo la vida del conductor y de otras personas, por lo que resulta fundamental encontrarse en perfectas condiciones físicas y psicológicas.

Cómo protegen nuestros ojos las gafas de sol

Los conductores se exponen con más frecuencia a la radiación solar que el resto de la población. Por tanto, el uso de gafas de sol a la hora de conducir resulta clave, ya que estas ofrecen una gran calidad visual, incrementan la sensibilidad al contraste, reducen el tiempo de adaptación a los cambios de iluminación y evitan el deslumbramiento, lo que se traduce en una mayor seguridad en la conducción.

Asimismo, la protección solar evita la aparición de patologías oculares derivadas de una exposición prolongada a las radiaciones solares dañinas, permitiendo mantener la autonomía personal en etapas avanzadas de la vida.

Desde el CGCOO se recomienda adquirir gafas de sol con lentes polarizadas, que reducen el deslumbramiento y facilitan la visión en ambientes muy luminosos.

Por su parte, los tratamientos antirreflejantes en la superficie de las lentes disminuyen los reflejos e incrementan el contraste.

Lo aconsejable es adquirirlas en un establecimiento sanitario de óptica, donde se cuenta con el asesoramiento de un profesional de la salud visual óptico-optometrista, quien además de ofrecer una solución personalizada, garantiza que las gafas cumplen la normativa.

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