¿Ópticas o Boutiques de la Visión?

¿Se percató Charles Frederick Worth cuando en 1850 lanzó al mundo el concepto moda la que estaba montando? ¿Intuyó que la moda era el perfecto aliado de la evolución de los mercados, de las producciones seriadas, de los cambios, a menudo, sin necesidad objetiva de hacerlos?

¿Se dio cuenta de que, por moda, las sociedades, especialmente acomodadas, comprarían cosas, artículos, productos, por capricho, por diferenciarse, por, sencillamente ir ‘a la moda’? ¿Tomó conciencia de que el aumento exponencial de la industria y el comercio del futuro sería gracias a su ‘invento’?

La moda se ha asociado generalmente al vestir. Equivocada idea. La moda es como el aire. Se cuela por todas partes. Por todos los sectores de actividad industrial y económica. Incluso existen ideas filosóficas, políticas, expresiones artísticas, que ofrecen por moda, nuevos aspectos, nuevos parámetros, nuevas soluciones… paradigmas.

¿Podemos aprovechar la moda en nuestro sector? Por supuesto. Podemos. Debemos.

Un pequeño ejemplo.

¿Quién nos iba a decir hace años que estos salones tan cómodos, con sofás super mullidos, en un ambiente tranquilo, apacible, donde poder leer, conversar con calma, eran cafeterías de nuevo cuño?

Fue en Seattle hace 50 años. Starbucks lanzaba la moda de la nueva cafetería.

Y ahora a lo nuestro. ¿Cabe la moda en un establecimiento de óptica? Cabe, cabe. ¡Y tanto que cabe!

Excepto en el gabinete, que debe ser algo parecido a una estancia de la NASA, donde la más sofisticada maquinaria debe, primero, impresionar al paciente/cliente, y después ayudar al optometrista en el preciso diagnóstico del problema visual del que pagará la factura, las demás estancias de un establecimiento óptico, deben, pueden, ser un festival del diseño.

El establecimiento de óptica no debe crear dudas, excesivo respeto, dar miedo, confundirlo con una clínica suiza, ser atendidos con batas blancas, etc. La visita a una óptica debemos convertirla en una fiesta.

Pero ello no puede ni debe ser obstáculo para que su gestión esté presidida por una Rigurosidad, total. Educación, máxima. Respeto, obligado. Honestidad, impoluta. Relación calidad/servicio/precio de escuela de negocios.

«Quizás haya llegado el momento de que la diferencia se convierta en pasaporte a la subsistencia»

Pero…. en un ambiente, sin mostrador, sin el clásico y vergonzante… ¿en qué puedo ayudarle? Sin deslumbramientos debido al excesivo color blanco (que no hay que olvidar que el blanco es precisamente la ausencia de todo color). Con la música ambiente adecuada, con el perfume embriagador que enamore, y con un equipo humano para atender al cliente/paciente (¡qué más da que sea óptico o no!) que no sean cotorras y sí prescriptores que lo sepan todo de monturas de moda, de lentillas, de lentes oftálmicas, de…. ofrecer un cálido café y crear un ambiente de confianza, relajados en cómodos sillones, que sepan vender, sin que se note, lo positivo de la multiposesión, de combinar, según ambiente y horario las gafas con las lentes de contacto, etc., etc., etc.

Es decir, crear la venta amiga, el clima propicio para que cuando se suelte el coste total de todo, les parezca barato.

¿Ha llegado la hora de ofrecer una nueva visión de los que cuidan de la visión? Existen ya en España algunos establecimientos que inician una nueva etapa en este sentido. 

Somos 10.000 o más lugares donde en la puerta hay un rótulo que dice “Óptica”. Quizás demasiados. Quizás mal repartidos. Tal vez haya llegado el momento de que la diferencia se convierta en pasaporte a la subsistencia. ¿Por qué no probar a fondo con un ambiente que sea absolutamente disruptivo y que “empuje” a entrar en él? ¿Sería interesante pasar de óptica a Boutique de la Visión? De los 10.000 seguro que, en 5.000 casos, sí.


Este artículo se publicó en la revista interactiva Optimoda Plus del mes de julio 2021. Clicando sobre la imagen puedes acceder a la edición completa.

Optimoda Plus Julio
Optimoda Plus Julio 2021
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