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El emblemático termómetro, que forma parte de la historia de Cottet y es, además, símbolo de Barcelona desde hace más de 65 años, vuelve a dar la temperatura a sus paseantes.

La instalación, ya restaurada, llevaba sin funcionar desde 2019 cuando Cottet Óptica y Audiología trasladó su establecimiento del Portal de l’Àngel a la actual tienda enseña de Rambla Catalunya, también en Barcelona.

Este elemento singular que registra la temperatura de la ciudad desde 1956, fue galardonado con la placa identificativa Pequeño paisaje urbano y “está protegido y el compromiso de la actual propiedad y el Ayuntamiento de Barcelona es que no se pierda ya que forma parte del catálogo de establecimientos emblemáticos de la ciudad”  menciona Alex Cottet, vicepresidente de la compañía y presidente de la Asociación de Comerciantes del Portal de l’Àngel y añade “Nos sentimos orgullosos de ver cómo vuelve a funcionar, forma parte de la ciudad, tiene una historia que debe recodarse y darle el valor que merece.”

El termómetro de Cottet, un símbolo de Barcelona

La historia del termómetro de “Can Cottet” se remonta al año 1956 cuando se inauguró en la fachada del edificio ubicado en la avenida Portal de l’Àngel, cuenta con una altura de 5 pisos y pesa 2.000 kilos.

Fue un regalo de la empresa para agradecer la buena acogida de la ciudad a mi familia, de origen francés. A principios de febrero de 1956 las temperaturas en Barcelona llegaron a los 10 grados bajo cero (mínimo histórico en la ciudad), y ahora parece que este verano llegaremos a cifras también históricas. Las luces eran de neón y suponían un gran gasto, y no sería hasta los años 90 cuando llegó la tecnología led. El objetivo inicial de la instalación creada por el ingeniero J. Nebot, era utilizarla como reclamo publicitario y la inspiración surgió de una construcción situada en Copenhague. Durante muchos años, fue el termómetro más grande de Europa. Sigue siendo el mayor de España, pero en Copenhague hay otro de dimensiones similares y hay uno más grande en Las Vegas. Además, con esta última remodelación se caracteriza por ser uno de los más modernos y de muy bajo consumo

Rehabilitación y futuro

Sobre su rehabilitación, Alex Cottet indica que debe postularse como imagen de la regeneración y de las cosas bien hechas en la ciudad. Desde su creación siempre fue un elemento actual y moderno que la población continúa identificando como un símbolo muy especial e identificativo de la ciudad. “Es un gran legado y parte importante de la historia de Cottet. Los que vivimos y trabajamos en Barcelona queremos lo mejor para nuestra ciudad, y cada granito de arena puede aportar mucho para mantener viva su memoria histórica. Proyectos como el del termómetro son una joya y no hay duda de que lleva meses despertando el interés de una ciudad que deseaba verlo de nuevo”, concluye.

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