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Una alimentación equilibrada que contenga los macronutrientes y micronutrientes esenciales en su concentración adecuada puede ayudar a reducir la degeneración neurosensorial asociada a la exposición al ruido y al envejecimiento, y proteger frente a las infecciones de oído. Así lo refleja la última edición del Informe Mundial de la Audición elaborado por la Organización Mundial de la Salud.

Es por eso que los expertos en audiología de Oticon, especialista en el desarrollo de audífonos, recuerdan la importancia de seguir una buena alimentación, evitando el consumo de tóxicos y fomentar buenos hábitos de vida, para tener una audición saludable.

Hay que tener en cuenta que, “la falta o escasez de nutrientes en nuestro organismo constituye uno de los factores de riesgo modificables de la pérdida auditiva. De hecho, está muy relacionada con la carencia de nutrientes como la vitamina A, el zinc y el hierro”, comenta José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon.

las vitaminas A, C y el magnesio se asocian con la protección del sistema auditivo frente a los daños producidos por el ruido

Asimismo, patologías relacionadas con la dieta, como el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes o la obesidad, son factores que también pueden contribuir a la pérdida auditiva, según señala la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), que también destaca cómo los alimentos con alto contenido en azúcar o las bebidas alcohólicas pueden asociarse a la pérdida auditiva relacionada con la edad.

Además, las vitaminas A, C y el magnesio también se asocian con la protección del sistema auditivo frente a los daños producidos por el ruido.

Alimentos más favorables

Ácidos grasos Omega 3 y Vitamina D: los niveles altos de ácidos grasos Omega 3 y la Vitamina D que contienen pescados como el salmón, el atún, la trucha y las sardinas pueden tener un impacto positivo sobre la audición. Además, el Omega 3 beneficia al sistema cardiovascular y reduce la inflamación que puede dañar al tejido sensible que también se encuentra en el oído.

Antioxidantes y ácido fólico: ingerir alimentos con antioxidantes, especialmente con ácido fólico, puede llegar a reducir el riesgo de pérdida auditiva hasta en un 20%, ya que reducen el número de radicales libres que pueden dañar al sistema nervioso auditivo. Por su parte, el ácido fólico ayuda al organismo a combatir la homocisteína metabólica, que es una conexión inflamatoria que reduce el flujo sanguíneo en el cuerpo. La realidad es que un buen estado del flujo sanguíneo ayuda a mantener sanas las células ciliadas en el oído interno. Alimentos como las espinacas, los espárragos, las alubias, el brócoli, los huevos, el hígado y frutos secos contienen ácido fólico.

Vitamina C, E y glutatión: la vitamina E protege a los vasos sanguíneos y a los nervios que están alrededor de los oídos, mientras que la vitamina C refuerza el sistema inmunitario, lo que ayuda a prevenir las infecciones de oído. Además, ambas mantienen controlados a los radicales libres y refuerzan el sistema inmunitario. Estas vitaminas se pueden encontrar en frutas como las naranjas, y en verduras como el pimiento.

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