El futuro

Predecir el futuro suele ser difícil. En realidad, es obviamente imposible y lo normal es que todas las predicciones fallen. Eso es probablemente lo interesante de la vida. Por muchas estimaciones y elucubraciones que hagamos, no tenemos ni idea de lo que va a ocurrir. Y los profetas son simples charlatanes con miles de predicciones fallidas, o simplemente acertadas por el mero azar.

Con esta introducción, ya pueden ustedes imaginarse que no tengo ni idea de lo que ocurrirá con la optometría, la oftalmología y las ciencias de la visión dentro de 20 o 50 años. Pero espero que me permitan pensar en voz alta sobre algunas posibilidades, basadas en lo que he visto en los anteriores 30 años de actividad profesional en la docencia, y en espacial la investigación, en el área de la óptica visual y el desarrollo de instrumentación oftálmica.

En lo que creo que no voy a fallar es en recordarles brevemente algunos de los trabajos de mi laboratorio que han contribuido modestamente a cambiar algunas cosas de este campo. Esto me servirá para proyectar lo que puede ser el futuro.

Mis expectativas para el futuro son una creciente incorporación de tecnologías en todo el sector optométrico, de manera que es muy probable que este cambie dramáticamente

El desarrollo de nueva instrumentación para entender mejor las propiedades ópticas del ojo y de la retina ha sido uno de los principales objetivos de mi laboratorio en la Universidad de Murcia durante 25 años. Nuestro interés inicial fueron los sistemas de evaluación de la calidad de imagen y la medida de aberraciones. Desarrollamos un sistema de doble-paso asimétrico para el registro de imágenes retinianas, mediante el que es posible estimar la imagen retiniana de un punto. En estos desarrollos está basado, en parte, el actual sistema de evaluación de la calidad óptica del ojo disponible comercialmente (HD-analyzer), fabricado por la empresa española Visiometrics SL que está presente en todo el mundo. Poco tiempo después, construimos uno de los primeros sensores de frente de onda de tipo Hartmann-Shack que estuvieron operativos, y que fue posteriormente modificado, en colaboración con la Universidad de Rochester, para operar, por vez primera vez, en tiempo en tiempo real a 25 Hz. Estos prototipos se convirtieron en sistemas de medida de las aberraciones del ojo (“aberrometros”) que son hoy de uso común en muchas consultas ópticas y oftalmológicas.

En aspectos más fundamentales, tales como el conocimiento de las fuentes y localización de las aberraciones en el ojo, mi laboratorio aportó algunos de los resultados más novedosos de las últimas décadas. Mediante la comparación de las aberraciones de la córnea (estimadas a partir de datos de elevación corneal) y del ojo completo es posible separar las contribuciones de los principales componentes del ojo. Encontramos que el cristalino juega un papel activo en compensar en buena parte las aberraciones producidas por la primera superficie de la córnea. La óptica del ojo cambia continuamente con la edad. Una de nuestras líneas de trabajo pretendió comprender de qué forma, y debido a qué cambios en el ojo, ocurren estas modificaciones. Descubrimos un empeoramiento significativo de la calidad de la imagen retiniana con la edad. Mientras que la córnea se mantiene relativamente estable con la edad, la razón fundamental del empeoramiento es un progresivo cambio de aberraciones en el cristalino, que “rompe” el acople de aberraciones que encontramos en ojos jóvenes. Este resultado de ciencia básica sirvió de base al desarrollo de nuevas generaciones de lentes intraoculares con aberración esférica negativa, copiando en cierta manera la situación que ocurre en los ojos jóvenes. Este tipo de lentes asféricas son en la actualidad ampliamente aceptadas y utilizadas. También se abordaron diversos aspectos más aplicados en relación con la óptica oftálmica. Por ejemplo, el estudio de las propiedades ópticas de las lentes progresivas sirvió de base para el desarrollo de nuevas generaciones de lentes progresivas.

Al disponer de sistemas robustos para la medida de las aberraciones, resultó natural avanzar hacia su corrección. Las técnicas de Óptica Adaptativa, inicialmente desarrolladas en aplicaciones astronómicas, permiten mediante la corrección activa del frente de onda aumentar la resolución de telescopios que está limitada por la turbulencia atmosférica. El elevado coste de esta tecnología había impedido su uso en entornos diferentes al astronómico o militar. Nuestro laboratorio fue uno de los pioneros mundiales en intentar la corrección del frente de onda. Estos prototipos sirvieron de base a varias generaciones de sistemas de óptica adaptativa empleando tanto espejos deformables como moduladores de cristal líquido de gran resolución, dedicados en su mayoría a simulación visual, un concepto acuñado por nosotros y que ha tenido aplicaciones tanto para el estudio de distintos aspectos del funcionamiento del sistema visual como para el diseño de elementos avanzados de óptica oftálmica.

Voptica SL es una empresa que ha desarrollado el primer sistema clínico de simulación visual de óptica adaptativa. Incorpora las características de auto-refractómetros, aberrometros y forópteros en único instrumento. Además, incluye, por vez primera la evaluación de la visión cuando se induce de manera no invasiva cualquier solución visual, desde una lente de contacto a una intraocular o un perfil de ablación.

Más recientemente, hemos avanzando en el desarrollo de instrumentos que miden más allá de las aberraciones: la difusión de la luz en el ojo. Y tenemos los primeros demostradores en el laboratorio para corregir esta difusión mediante manipulado del frente de onda cuando es especialmente elevada, como en el caso de las cataratas.

En estos últimos 30 años, hemos visto hecha realidad nueva instrumentación que permite una evaluación más precisa, además de mejores soluciones en las tecnologías de tratamiento, tanto en lentes como en láseres.

Mis expectativas para el futuro son una creciente incorporación de tecnologías en todo el sector optométrico, de manera que es muy probable que este cambie dramáticamente. Me atrevo a pronosticar una revolución más o menos próxima en los métodos de refracción y prescripción que serán cada vez más un “hágalo usted mismo”. Imaginen quioscos tipo “fotomatón” en los supermercados que proporcionen la evaluación visual o sistemas que operen en remoto usando un ordenador o un dispositivo móvil. Esto abrirá, sin duda, la puerta generalizada al comercio de gafas y lentillas por internet al no dependerse de la presencia física del usuario en el punto de venta.

De manera complementaria, imagino una revolución en los sistemas visuales “ponibles”, más allá de los actuales, y aun primitivos, sistemas de realidad virtual o realidad aumentada. En el plazo de dos décadas puedo imaginar la generalización de sistemas de “gafas” opto-electrónicas que corrijan la presbicia y otros defectos visuales a demanda. Paulatinamente irán ocupando el espacio de las gafas y otras soluciones tradicionales.

Estas convivirán todavía en un tiempo largo con los avances de cirugía refractiva. En este campo, robots cirujanos nos tallarán, y retallarán, nuestras córneas sobre las que se habrá depositado un material bio-compatible moldeable y “crecible” con la irradiación controlada usando láseres de pulsos cortos. Los ajustes refractivos serán simples y muy probablemente continuados en el tiempo para adaptarlos a nuestras demandas visuales de cada momento.

Y por supuesto, imagino un futuro con un control efectivo farmacológico de la miopía y quizás también de la presbicia y las cataratas. En ese escenario, los sistemas correctores que he mencionado antes dejarían de tener sentido, pues no habría errores refractivos y los medios permanecerán transparentes y elásticos. Esto se me antoja, sin embargo, más lejano.

Mientas llega el futuro con sus maravillosas soluciones y sus incertidumbres, sigamos trabajando, unos proporcionando las mejores soluciones disponibles para mejorar la visión de los ciudadanos, y otros buscando nuevos avances tecnológicos.

Pase lo que pase, les deseo a todos que sean testigos de las cosas maravillosas que iremos viendo.

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