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Con la llegada de la primavera, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) recomienda la utilización de gafas de protección solar en niños para prevenir los efectos nocivos de la exposición a los rayos ultravioleta. La entidad colegial advierte que la radiación UV es siete veces más dañina para los ojos de los menores que para los adultos.

Este impacto de los rayos solares en los más pequeños se debe a que “el filtro natural del cristalino no está completamente desarrollado hasta los 12 años, por lo que la córnea deja pasar hasta la retina más del 75% de la radiación ultravioleta”, explica el presidente del CGCOO, Juan Carlos Martínez Moral. Asimismo, añade que los niños son más vulnerables porque “suelen tener las pupilas más grandes y su cristalino es más transparente”.

En este sentido, se anima a los padres a acudir con sus hijos a una óptica, donde existe una amplia gama de gafas de protección solar que cumplen con todos los requisitos sanitarios al estar homologadas y llevar la marca CE como estándar mínimo de calidad. Del mismo modo, el uso de otros elementos de protección como gorras, sombreros o viseras, ayudan a reducir el riesgo de padecer problemas visuales como consecuencia de una sobreexposición a la luz solar.

Efectos perjudiciales para la salud visual

El ojo del niño es más sensible que el de los adultos, por lo que es fundamental una buena protección para prevenir daños a corto plazo, como las queratitis o quemaduras solares de la córnea, que en el caso de los más pequeños se manifiestan con síntomas de dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos.

A largo plazo, el CGCOO advierte que el daño puede ser más grave en forma de alteraciones corneales, lesiones degenerativas y quemaduras agudas en la retina, que afectan a la visión de forma permanente.

Otro problema añadido en primavera: la conjuntivitis alérgica

Durante esta época es común enfrentarse a las alergias estacionales, incluidas aquellas que afectan a los ojos, debido a los altos niveles de polinización. Sin embargo, factores como las altas temperaturas, la sequía y la contaminación contribuyen a aumentar la cantidad de polen en el aire, así como los tiempos de exposición al mismo y su agresividad.

La conjuntivitis alérgica, en particular, provoca una inflamación de la membrana que recubre la superficie ocular y el interior de los párpados con síntomas oculares como picor y enrojecimiento, hinchazón de los párpados, lagrimeo y fotofobia.

Para paliar los efectos de la alergia en los ojos y evitar complicaciones graves en los mismos como queratitis, conjuntivitis infecciosa o incluso glaucoma, los ópticos-optometristas aconsejan:

  • Evitar las zonas con alta concentración de polen como campos y parques
  • Utilizar gafas de protección solar para protegerse del polvo y otras partículas
  • Evitar exponerse ante agentes irritantes que agraven los síntomas
  • Cerrar las ventanas de casa para que el polen o polvo no se acumulen
  • Extremar la higiene ocular diaria
  • No frotarse los ojos
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