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Dos ópticos de la Fundación Cione Ruta de la Luz, Luis Andrés Bravo Alonso y Ángel Guzmán García, regresaban hace unos días de la campaña de salud visual que, en colaboración con la Fundación Gomaespuma y con Dentistas Sobre Ruedas, se ha llevado a cabo en colegios de la localidad de Diembering (Senegal). Se trata de un proyecto que se ha financiado, en parte, gracias a la I Exposición Solidaria Miradas del Mundo celebrada en el círculo de Bellas Artes en el año 2022.

La población de Diembering, y en general de la zona del rio Casamance vive, fundamentalmente, de la agricultura, la ganadería, la pesca y el turismo. Sus ocupaciones laborales hacen que su vida se desarrolle prácticamente en el exterior, en ambientes con altas temperaturas y humedad. Desde el punto de vista de la salud visual, esta circunstancia, unida a que no hay acceso a protección solar visual, ni tampoco a revisiones oculares, provoca una altísima incidencia de pterigios (crecimientos anómalos de la conjuntiva), cataratas precoces, leucomas corneales periféricos en anillo y traumatismos oculares sin tratamiento, aparte de afecciones como sequedad ocular, irritaciones y conjuntivitis por falta de higiene.

Así, los voluntarios de la Ruta, han llevado a cabo 389 revisiones visuales a una población francamente desfavorecida -dando siempre preferencia a las revisiones a los niños y sin acceso a la salud visual. Los ópticos han prescrito 167 gafas, y 100 más premontadas que fueron entregadas in situ antes de que la expedición regresara a España.  Además, se han entregado también 200 gafas de sol, a personas que lo necesitaban.

En esta nueva misión óptica también han intervenido voluntarios de la Fundación Gomaespuma y Dentistas sobre Ruedas, que además de apoyar la acción, también han llevado a cabo tareas en otros aspectos, sanitarios, educativos o en materia de infraestructuras. “Cada uno en nuestro ámbito, hemos desarrollado nuestras funciones perfectamente, conviviendo en un ambiente estupendo”, señala Luis Andrés.

De la coordinación se ha encargado Max Diatta, coordinador de la Asociación Urok Juwatt, “que se ha ocupado de absolutamente todo lo que no han sido labores propias de nuestra actuación, de una manera muy efectiva”, añade Ángel. Gracias a ello, los ópticos se han centrado, únicamente, en su labor sanitaria, haciéndola totalmente eficiente.

A nivel visual los voluntarios no han observado refracciones con valores excesivamente elevados, pero debido a sus circunstancias ambientales y laborales, “sí hemos detectado un envejecimiento prematuro del sistema visual, lo que lleva a una aparición precoz de la presbicia (alrededor de 35 años) y valores de adición que se corresponden con 10 años más de los que tienen”, explica Luis Andrés.

Todas las revisiones se han llevado a cabo en el colegio Diembering 1, una escuela primaria donde los ópticos desplegaban el gabinete de refracción, con equipos aportados por la Fundación Cione Ruta de la Luz, mientras que Dentistas sobre Ruedas aparcaba su camión para practicar sus revisiones bucodentales.

Los ópticos han prescrito 167 gafas, y 100 más premontadas que fueron entregadas in situ antes de que la expedición regresara a España

Los pacientes eran recibidos con ayuda de la Fundación Gomaespuma. Imprescindible ha sido también la ayuda con la traducción, y en general con la logística, de personal local con el fin de que los beneficiarios pudieran entender a los ópticos, puesto que muchas personas mayores sólo hablaban su lengua materna, si bien el idioma oficial de Senegal es el francés. “En esta tarea también nos ha apoyado el personal de la Fundación Gomaespuma”, añade Ángel.

Esta ha sido la segunda acción de cooperación internacional para ambos, que aseguran no será la última. “Creo que no hay nada que te haga sentir como cuando ayudas a los demás de esta manera. Ver las caras de satisfacción y las sonrisas, y ser consciente de que vas a solucionar sus problemas y, con ello, lograr hacer su vida mejor, es muy satisfactorio”, señala Luis Andrés.

A Ángel le ha aportado mucho realizar la actuación en una población pequeña, “lo que nos ha hecho poder convivir con las mismas personas, desde el primer día hasta el último”, señala. El óptico se muestra muy satisfecho de haber podido revisar a todas las personas que tenían algún problema visual y “casi todos, menos los que tenían cataratas u otra patología que remitimos al oftalmólogo, van a tener solución a su problema visual”, concluye Ángel.

Los talleres solidarios de la Fundación ya trabajan duro para montar las gafas, todas nuevas, que recibirán los beneficiarios para resolver sus casos.

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