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Por primera vez, la pobreza visual infantil, es decir, la situación que viven aquellos menores que por los problemas económicos de sus familias no pueden contar con los equipamientos ópticos que necesitan, se posiciona al mismo nivel que las necesidades habitacionales o de acceso a la energía y los problemas para disponer de una dieta equilibrada  y sana. Esto es así gracias a la nueva campaña de Save the Children que lleva el título de #NumerosQueTocan.

En ella, a través de los datos extraídos del informe Radiografía de la pobreza visual infantil en España, elaborado por la asociación de utilidad pública Visión y Vida, se explica que 700.000 niños en España no pueden acceder a unas gafas o lentes de contacto por la débil economía familiar.

el 8,59% de los menores en España padece pobreza visual, Es decir, casi 760.000 menores pueden tener dificultad para acceder a los equipamientos ópticos necesarios, algo que podría estar afectando a su desarrollo y rendimiento escolar

Esta demanda, que Visión y Vida ha trabajado durante todo 2021 y 2022, busca instar a España a aplicar correctamente los fondos de La Garantía Infantil Europea, cuyo Plan de Acción estatal se presentó en julio de 2022 con el objetivo de asegurar el acceso a servicios fundamentales y brindar el apoyo económico a la infancia. Hay que tener en cuenta que España es el segundo país de la Unión Europea con peores cifras en lo relativo a pobreza visual, solo superado por Rumanía. Por ello, desde Save the Children anuncian que esta situación debe tratarse como caso de emergencia nacional y animan a la ciudadanía a firmar su iniciativa.

Desde Visión y Vida animamos a todos nuestros asociados y a todos los profesionales del sector a unirse a la iniciativa y apoyarla. Nosotros seguiremos trabajando al respecto, y como siempre decimos, juntos podemos ir más rápido, pero solo uniéndonos podremos ir lejos. Que nuestra demanda forme ahora parte de esta acción de Save the Children debe animarnos a seguir trabajando por nuestro objetivo”, explica Salvador Alsina.

La realidad es que el 8,59% de los menores en España padece pobreza visual. Es decir, casi 760.000 menores pueden tener dificultad para acceder a los equipamientos ópticos necesarios, algo que podría estar afectando a su desarrollo y rendimiento escolar: “No ver correctamente tiene una relación directa con las capacidades de los menores a la hora de estudiar, desarrollarse o relacionarse con los demás”, explica Alsina. Y añade: “Si no protegemos la salud visual de las generaciones futuras sin importar los recursos económicos de cada familia, ni fomentamos el cuidado de la visión de manera preventiva, el Estado tendrá que asumir un alto coste social en el futuro”.

Porque, según estudios previos, se sabe que uno de cada tres casos de fracaso escolar deriva de un problema visual no corregido: “Tanto el programa de nutrición como la monitorización del desarrollo del menor y la revisión visual deben estar interconectadas. No ver bien provoca que los menores tengan problemas de comprensión lectora, de expresión o de capacidad de estar delante de un texto el tiempo necesario, de entender o de memorizar, algo que afectará a su aprendizaje y derivará en problemas de exclusión social”, concluye Alsina.

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