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El próximo mes de septiembre, la Fundación Cione Ruta de la Luz va a cumplir veinte años ayudando a personas de todo el mundo a ver y oír mejor en más de veinticinco países y en cuatro continentes. En todo este tiempo, sus ópticos voluntarios han practicado, hasta la fecha, 54.821 revisiones, y entregado ya más de 20.000 gafas en todo el mundo.

Lejos de disuadir a la Fundación Cione Ruta de la Luz de su objetivo, ayudar al mundo a ver mejor, la pandemia del COVID19 ha concedido a la Ruta un tiempo de reflexión para establecer contactos con nuevas organizaciones, y para plantear nuevos proyectos, “teniendo en cuenta, además, que la pandemia del COVID19 va también, como ocurrió con la crisis económica, a partir de 2007, a dejar un impacto importante en España, que, desde el punto de vista visual haremos todos lo posible por paliar”, valora Cristina López-Mora, gerente de la Ruta de la Luz.

la pandemia del Covid-19 ha concedido a la Ruta un tiempo de reflexión para establecer contactos con nuevas organizaciones, y para plantear nuevos proyectos

En todo caso, la Ruta de la Luz agradece la colaboración del sector óptico a lo largo de sus ya casi veinte años de vida. Y especialmente a los proveedores que, con el transcurso del tiempo han hecho tan suyos como de la Fundación Cione Ruta de la Luz algunos de los proyectos, como Essilor y Obra Social La Caixa con Ver Para Crecer; Ecuatorial Coca-Cola Bottling Company (ECCBC) con “Let your eyes enjoy”; Zeiss, con el de los niños albinos de Kabanga en Tanzania; o Beltone, con el de Sahara.

También son muchos proveedores los que hacen donaciones puntuales, siempre más que bienvenidas, tanto de equipos, como económicas o de monturas. A lo largo del último año, han colaborado con la Fundación Cione Ruta de la Luz: Sunoptic, Centro Style (La Sede Óptica), Lenfasan, Correos Express y Shamir.

El último en hacerlo ha sido Laboratorio Oftálmico Andaluz (LOA), que ha donado unas lentes oftálmicas con altísimas graduaciones para resolver casos de gran miopía en Bolivia. LOA no sólo ha donado las lentes, sino que también ha llevado a término su complicado ensamblaje en las monturas. “A todos ellos, muchas gracias. Sin vuestra ayuda, la Ruta de la Luz no podría continuar su misión”, concluye Cristina López-Mora.

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