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El exceso de azúcar, la alimentación grasa o el aporte insuficiente de vitaminas son los mayores riesgos que comprometen la salud visual.

Una incorrecta alimentación afecta a muchos problemas de la retina y la mácula, así como al funcionamiento correcto del sistema visual desde la infancia.

Una dieta desequilibrada, un abuso de dulces o de comidas calóricas y una falta de tiempo para cocinar en casa de una manera sana, pueden perjudicar nuestra salud visual.

Existen tres factores que comprometen la salud visual:

  • El consumo excesivo de azúcar
  • La alimentación grasa
  • Una dieta pobre en ciertas vitaminas.

Mercedes Aguirre, doctora en biología y directora de I+D de NUA Biological Innovations participó en el informe La prevalencia de la miopía entre los jóvenes en España de Visión y Vida para explicar cómo cuidar la salud visual por medio de la dieta, destacando que “en primer lugar, el exceso de azúcar en nuestra dieta afecta no solo al sistema vascular, sino que puede ser causa de cataratas, y está asociado a problemas visuales en determinadas personas, como los diabéticos. Por otra parte, una dieta grasa, con un exceso de grasas trans o saturadas genera problemas en la pared interna de nuestros vasos sanguíneos, entorpeciendo el correcto fluir de la sangre. Finalmente, si ofrecemos al sistema un aporte insuficiente de ciertas vitaminas, principalmente la C, D y E o minerales como el zinc, generamos un aumento de radicales libres, que deteriorarán los tejidos de nuestros ojos y oxidarán nuestro sistema visual”.

Esto es incluso más importante cuando afecta a los menores, ya que problemas visuales frecuentes, como el desarrollo de la miopía, a pesar de tener un componente genético, pueden controlarse gracias a la vigilancia de los componentes ambientales asociados. Entre ellos, una dieta equilibrada.

Dieta mediterránea para cuidar nuestra salud visual

En general, cuanto menos tiempo en la cocina, mejor. Así evitaremos consumir alimentos ricos en grasas saturadas, como los fritos o los rebozados, dado que es mucho más beneficioso consumir alimentos al vapor o en crudo, aliñados con aceite de oliva.

El otoño es todavía tiempo de frutas y verduras. Tanto para mejorar nuestra salud visual como para proteger el resto de nuestro organismo es muy importante el consumo de frutas rojas o moradas y de color naranja.

Para beber, agua. Es importante evitar que los más pequeños consuman muchas bebidas gaseosas o azucaradas, sustituyéndolas por zumos naturales. Tampoco es bueno abusar de la leche de vaca y debe combinarse con otras de origen vegetal.

El pescado es fundamental. El atún y la sardina, por ejemplo, poseen grandes cantidades de DHA presente en nuestra mácula en un porcentaje del 55%, que nos ayuda a disfrutar de una visión nítida y promueve el correcto funcionamiento de nuestra retina.

El pan, mejor integral. Tiene menos azúcar que el pan refinado y nos ofrece el aporte de fibra necesario. Además, es importante evitar el consumo de bollería industrial o golosinas, ya que afectan de manera directa a nuestro sistema visual.

Si no vamos a dejar las pantallas, protejámonos. La luteína y la zeaxantina, presentes en alimentos verdes o anaranjados, nos ayudarán a protegernos de la luz azul emitida por móviles, tablets o televisores.

Para proteger desde la infancia la retina, los minerales. El zinc es muy abundante en la retina, ya que cumple funciones de soporte imprescindibles. Alimentos como la ternera, las espinacas o los garbanzos y el arroz pueden ayudarnos a completar nuestra dieta.

Es muy fácil mantener una dieta sana, como la mediterránea, y evitar de este modo muchas complicaciones visuales en todas las edades. Al final, en la visión también es muy importante la prevención, y poder cuidar nuestro organismo y fortalecerlo para evitar que ocurran problemas inesperados es clave para poder mantener una perfecta salud visual en toda nuestra vida”, concluye Mercedes Aguirre.

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