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La Fundación Cione Ruta de la Luz y Beltone España han concluido la sexta expedición de cooperación internacional a Dakhla, en el Sahara Occidental, y que supone la quinta acción que aúna revisiones ópticas y auditivas. 

Dakhla es una ciudad bajo el control administrativo de Marruecos, y considerada la capital de la región de Dajla-Río de Oro. Con una población aproximada de unas 106.000 personas, sus habitantes no presentan muchos casos de pobreza extrema.

No obstante, un buen número de personas de esta ciudad no tiene suficientes medios económicos para acceder a revisiones ópticas, ni tampoco acceso a correcciones visuales. Mas dificultades tienen los que necesitan de exámenes auditivos, ya que el gabinete más cercano se encuentra en Casablanca o Marrakech, a 400 kilómetros.

Equipo de tres voluntarias

Leire Martinez, óptico optometrista, Carmen Mª Nicolás, óptico optometrista y audioprotesista, y Miriam Martín, audioprotesista y cooperante de GN España, fueron las tres voluntarias que realizaron las revisiones, que se efectuaron en las instalaciones de la Asociación de Discapacitados de Dakhla.

Acción solidaria Ruta de la Luz y Beltone
Las tres voluntarias se mostraron muy satisfechas del resultado de su acción solidaria

Las tres voluntarias realizaron 413 exámenes oculares en una semana de trabajo, prescribiendo 266 gafas, incluidas algunas premontadas

En la misma acción se realizó el mantenimiento de los audífonos entregados en expediciones anteriores, así como ajustes según los cambios experimentados en la pérdida auditiva de los pacientes.

Durante la semana de campaña, las voluntarias y acompañantes realizaron también acciones de sensibilización, concienciando a la población sobre la importancia de una buena limpieza ocular. Con este fin se facilitó suero fisiológico, y las correspondientes instrucciones para su aplicación. También se les instruyó sobre los beneficios de llevar gafas de sol para protegerse del sol, del viento y de la arena del desierto.

 “Es el segundo proyecto en el que participo y para mí ha sido increíble. Poder ayudar a gente necesitada es algo indescriptible. El viaje me ha servido de continuo aprendizaje, ya que a veces tenemos que resolver casos que difícilmente encontramos en casa y con pocos medios, lo que te obliga a agudizar el ingenio”, reconoce Leire Martínez.

Desde el punto de vista personal, Martínez regresa con dos nuevas amistades, sus compañeras de expedición, y reconoce que vuelve impactada por el agradecimiento de la gente y por algunos de los casos que tuvo ocasión de asistir.

“Es reconfortante comprobar cómo tu trabajo puede cambiar vidas. Los adultos, con una gafa premontada, pueden llevar a cabo tareas cotidianas con soltura, e incluirlas en su día a día, mientras que los niños en proceso de aprendizaje pueden aprovechar mejor sus clases, sin necesidad de hacer esfuerzos adicionales para ver la pizarra”, añade Martínez.

Otra de las voluntarias, Carmen Mª Nicolás, llevaba mucho tiempo queriendo participar en algún proyecto de cooperación. Para ella, la experiencia “ha sido muy gratificante, algunas veces se me saltaba alguna lagrima de emoción”.

Acción solidaria Ruta de la Luz y Beltone
Muchos de los beneficiarios de la acción conjunta fueron menores de edad

Respecto a su trabajo, se ha sentido muy valorada por el personal del centro de discapacitados de Dakhla. Lo que más le impresionó “fueron los niños con miopías medio-altas y que los padres ni siquiera son conscientes del problema. Evidentemente, tienen otras preocupaciones. Realmente me he dado cuenta de la necesidad de muchas personas”.

Para Miriam Martín también era su primer voluntariado, y se ocupó de realizar el mantenimiento de los más de 400 audífonos entregados en expediciones anteriores, además de dar respaldo a sus compañeras de expedición.

Martín recomienda la experiencia a todo el mundo, “porque creces laboral y personalmente. Cuando llegas a estos lugares te das cuenta de lo poco que se necesita para vivir, que tenemos un montón de cosas que no utilizamos”.

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