Pinta muy bien para el óptico-optometrista

Mirando al sector profesional en los diferentes países europeos,  y desde nuestra perspectiva de grupo internacional, ciertamente privilegiada, es fácil darse cuenta de que el perfil de óptico, y sus competencias, no siempre se solapan según el país en el que nos encontramos.

En España y en otros países del sur de Europa, el óptico-optometrista exhibe un perfil sanitario que está capacitado para realizar graduaciones, prescripciones y también para la venta (lo que en inglés definen como “dispensing opticians”), cubriendo así todo el amplio panorama de tareas propias de un centro óptico, dotado tanto de gabinete como de zona comercial.

Viajando más al norte, al contrario, la práctica profesional está habitualmente dividida en dos: por un lado existen los optometristas, que gradúan y detectan disfunciones visuales, y por el otro nos encontramos con el perfil de óptico que sólo suministra producto; ambos, de este modo, ejercen la profesión en campos, en teoría, muy delimitados por los códigos de conducta de su propio órgano colegial. Esta distinción ha marcado sin duda una brecha considerable entre los diferentes profesionales que trabajan en el campo de la salud visual, permitiendo un gran avance pero sobre todo en la práctica de la optometría.

En España, el Colegio nacional de ópticos-optometristas, en colaboración con el resto de órganos oficiales, ha realizado una labor muy importante que ha permitido, en cambio, que el propio óptico tenga también las atribuciones de optometrista y contactólogo, dotando al conjunto de la sociedad de perfiles profesionales muy completos, con una gran preparación técnica, y ha contribuido además a organizar el mercado y potenciar, gracias a estos perfiles, los valores relacionados con la salud visual y el ámbito sanitario. De este modo, los ópticos independientes, los de proximidad, son los que muestran un perfil más desarrollado con respecto a sus homólogos en países donde la práctica está dividida entre clínicas optométricas y ópticas.

Así que, desde un punto de vista de mercado, en esos países  las cadenas de ópticas, especializadas en suministro, están ganando la batalla comercial. Al contrario, en los países donde el óptico es también optometrista y contactólogo, con el apoyo de los órganos oficiales, y también de partners como CECOP que trabajan para dotar al óptico independiente de herramientas para la gestión empresarial (no olvidemos que un óptico independiente reúne en su perfil también el de gestor de negocio), éste es quien va a liderar el sector, y quien está destinado a ganar también en ámbito comercial.

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