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La crisis global provocada por la COVID-19 ha llevado a la necesidad de adquirir una gran cantidad de equipamiento de protección individual (EPI) como batas, mascarillas o gafas de protección, para el personal sanitario. La alta demanda de estos suministros ha generado serias dificultades en su acceso.

Sumándose a la ola de solidaridad que hemos visto estas últimas semanas en todo el mundo, Silhouette Internacional, con sede en Linz (Austria), ha realizado una primera donación a Cruz Roja de 20.000 gafas de su marca deportiva evil eye para que puedan ser utilizadas como gafas de protección por el personal sanitario. Estas gafas reúnen una serie de características que las convierten en una opción especialmente eficaz para ello.

la firma austríaca está actualmente produciendo dos modelos evil eye para uso exclusivo del personal sanitario

La forma convexa de su montura permite un ajuste óptimo al rostro, además de ser ligeras y cómodas de llevar. El material robusto que conforma su montura y el agarre de tracción antideslizante que incorpora en las sienes permiten que las gafas puedan soportar las condiciones de trabajo más exigentes. También son aptas para las temperaturas más cálidas de principios de verano.

Su componente principal es el policarbonato que las hace resistente a los impactos, y los cristales antiniebla permiten una mayor resistencia a la condensación. Además, el doble cierre en la nariz permite una mayor estabilidad y sujeción. Las gafas evil eye también proporcionan hasta un 100% de protección contra la radiación UV A, B y C (UV 400).

Para seguir contribuyendo en la lucha contra el COVID-19, la firma austríaca está actualmente produciendo dos modelos evil eye para uso exclusivo del personal sanitario.

Ambos modelos incorporan lentes transparentes y estarán listos en aproximadamente tres semanas. Estos ya han sido probados en acción por la Cruz Roja y han recibido el aprobado para su uso.

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