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La pandemia ha visibilizado los problemas auditivos de las personas mayores debido a factores como una menor interacción social, así como al uso de mascarilla, al ponerse de manifiesto sus dificultades para comunicarse con su entorno.

La pandemia hace más visibles los problemas auditivos de las personas mayores

Por ello, los expertos en audiología de Oticon, especialista en desarrollo de audífonos, recuerdan la importancia de prestar atención a las señales de pérdida auditiva de estas personas, ya que no detectada a tiempo puede incrementar el deterioro cognitivo asociado a la edad, derivar en un aislamiento social aún mayor e incluso, en situaciones de ansiedad y depresión.

Interactuar socialmente

La vuelta a la normalidad con la vacunación frente a la COVID-19 y el final de las restricciones en la mayoría de las comunidades autónomas, han devuelto a los españoles la posibilidad de interactuar socialmente y comunicarse de forma directa con sus familiares y amigos. “Con la vuelta al contacto directo, se ha puesto de manifiesto que la soledad y el aislamiento prolongados, unidos a la dificultad para seguir conversaciones telefónicas, influyen en la capacidad para comunicarse de las personas mayores, lo que ha servido para visibilizar sus problemas auditivos”, sostiene José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon.

A todo ello hay que añadir que el uso de mascarilla ha dificultado también a estas personas entablar conversaciones, sobre todo en entornos ruidosos o con distancia física. Un estudio reciente publicado en Journal for Otorhinolaringology and its related specialities concluye que las mascarillas disminuyen de forma significativa el reconocimiento de las palabras, sobre todo, en pacientes con pérdida auditiva y más aún con las mascarilas N95/ FFP2.

Mayor aislamiento y soledad

Los problemas para comunicarse de las personas mayores con pérdida auditiva conducen al mismo tiempo a una menor interacción social y a un mayor aislamiento y soledad. “Es probable que ahora pensemos que si un mayor no quiere reunirse con su familia puede deberse a la pandemia, el miedo al contagio, los efectos del confinamiento, etc.; sin embargo, pueden esconderse detrás problemas auditivos”, indica José Luis Blanco.

Lo fundamental es identificar la pérdida auditiva y acudir al especialista para que le realice una valoración de la audición y determine la mejor solución. “Normalmente el tratamiento a seguir será el uso de audífonos por lo que también debemos animarlos en ese sentido a adaptarse a ellos, ya que, sin duda, les devolverá la capacidad de comunicarse con los demás y entablar conversaciones, reduciendo así el aislamiento social y el riesgo de deterioro cognitivo”, apunta.

Un estudio realizado por Oticon concluye que los momentos más valorados por las personas con pérdida auditiva para escuchar bien son aquellos en los que la persona se encuentra en casa rodeada de su núcleo familiar, algo lógico si pensamos que al producirse una conversación entre un número considerable de personas el esfuerzo de escucha es mucho más arduo. En este sentido, desde Oticon trabajan con audífonos que se adaptan a cada pérdida auditiva y tipo de ambiente sonoro. Además, incorporan la tecnología BrainHearing asegurando que el cerebro reciba información sonora con buena calidad.

Señales que ayudan a descubrir que un familiar tiene pérdida auditiva

Los expertos en audiología de Oticon han elaborado un listado de señales para identificar una pérdida auditiva en un familiar:

  • Suben el volumen del televisor o la radio o hablan muy fuerte por teléfono.
  • Tienen dificultad para comprender determinadas palabras y sonidos agudos de alta frecuencia.
  • Hablan elevando la voz y se muestran más irritables: al no escuchar bien tienden a elevar la voz para escucharse bien a sí mismos. Además, como no entienden, hay más malentendidos y se muestran más irritables y de mal humor.
  • No entienden lo que se les dice a distancia: no responden cuando se les habla desde lejos, desde otra habitación o por la espalda.
  • Dificultad para entender las conversaciones: sobre todo si son en ambientes de ruido, lo que les lleva a no participar en ellas y asilarse.
  • Manifiestan pitidos o zumbidos en los oídos: afirman sentir estos molestos ruidos en el oído que les dificultan aún más su capacidad para escuchar.
  • Muestran inseguridad y falta de interés: ante determinadas actividades se sienten inseguros y acaban perdiendo interés por llevarlas a cabo. Puede suceder si tienen que hacer algún trámite administrativo, asistir a alguna reunión familiar, etc.
  • Muestran signos de depresión: si como consecuencia de todo lo anterior, la situación se va agravando pueden llegar a manifestar tristeza e incluso, depresión.
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